El movimiento de cualquier objeto material puede ser
considerado como una fuente de ondas. Al moverse perturba el medio que lo rodea
y esta perturbación al propagarse puede ser un pulso o un tren de ondas. Un
impulso único como una vibración en el extremo de una cuerda, al propagarse da
lugar a un tipo de onda llamada pulso.
Si las vibraciones del extremo se
suceden, se formará un tren de ondas que se transmite a lo largo de la cuerda.
Por ejemplo: Una serie continua e ininterrumpida de sacudidas que se propagan a
lo largo de una cuerda o de un resorte, un sonido monótono y permanente,
etcétera.