El sonido humanamente audible
consiste en ondas sonoras (de frecuencia comprendida entre 16 y 20000 Hz) que
producen oscilaciones de la presión del aire (compresiones y dilataciones), que
son convertidas en ondas mecánicas en el oído humano y percibidas por el
cerebro.
La propagación del sonido involucra transporte de energía
sin transporte de materia, en forma de ondas
mecánicas que se propagan a través de la materia sólida, líquida o gaseosa.
Como las vibraciones se producen en la misma dirección en la que se propaga el
sonido, se trata de una onda
longitudinal.
La física del sonido es estudiada por la acústica, que trata tanto de la
propagación de las ondas sonoras en los diferentes tipos de medios continuos
como la interacción de estas ondas sonoras con los cuerpos físicos.
Las cuatro cualidades básicas del sonido son la altura o
tono, la duración, la intensidad y el timbre o color.
La intensidad
Es la cantidad de energía acústica que contiene un sonido, es decir, lo fuerte o suave de un sonido. La intensidad viene determinada por la potencia, que a su vez está determinada por la amplitud y nos permite distinguir si el sonido es fuerte o débil.
Los sonidos que percibimos deben superar el umbral auditivo (0 dB) y no llegar al umbral de dolor (140 dB).
El tono o altura
Indica si el sonido es grave, agudo o medio, y viene
determinada por la frecuencia fundamental (primer armónico) de las ondas
sonoras, medida en ciclos por segundo o hercios (Hz).
vibración lenta = baja frecuencia = sonido grave.
vibración rápida = alta frecuencia = sonido agudo.
El timbre o color
Una misma nota suena distinta si la toca una flauta, un
violín, una trompeta, etc. Cada instrumento tiene un timbre que lo identifica o
lo diferencia de los demás. Con la voz sucede lo mismo. El timbre depende de la
cantidad de armónicos que tenga un sonido y de la intensidad de cada uno de
ellos.
La duración
Es el tiempo durante el cual se mantiene un sonido. Podemos escuchar sonidos largos, cortos, muy cortos, etc. Los únicos instrumentos acústicos que pueden mantener los sonidos el tiempo que quieran, son los de cuerda como el arco, el violín, y los de viento (utilizando la respiración circular o continua); pero por lo general, los instrumentos de viento dependen de la capacidad pulmonar, y los de cuerda según el cambio del arco producido por el ejecutante.