Una vez establecido que las corrientes eléctricas producen
campos magnéticos, interesó establecer expresiones operativas que permitan
calcular el campo creado por algunos tipos de corriente. Lógicamente, después
de la experiencia de Oersted, el primer caso que se estudió fue la corriente
rectilínea.
El resultado de la experiencia de Oersted indica que el
campo magnético producido por una corriente rectilínea es perpendicular a dicha
corriente. Además, el magnetismo natural muestra que las líneas de fuerza son
cerradas en todas las experiencias. Por lo tanto, teniendo en cuenta la
geometría de la situación, es lógico plantear que las líneas del campo deben
ser circunferencias contenidas en planos perpendiculares a la corriente y con
el centro en el conductor. La veracidad
de esta hipótesis se puede comprobar sencillamente colocando una brújula en
diversas posiciones alrededor de la corriente o espolvoreando en un plano
perpendicular a la corriente limaduras de hierro, que se imantan y dibujan la
líneas del campo magnético.
Se constata también que el sentido de las líneas del campo
magnético verifica respecto del de la corriente la llamada regla de la mano
derecha o de cualquier rosca (como la de un tornillo o un sacacorchos), que
ilustra el dibujo adjunto. Esta regla tiene en cuenta que, como es lógico, si
se invierte el sentido de la corriente eléctrica, también se invierte el
sentido de circulación del campo magnético.
En general esta integral es complicada de calcular, salvo para situaciones sencillas en que la forma del hilo que transporta la corriente tiene cierto grado de simetría.
Utilizamos la ley de Biot y Savart para calcular el campo magnético B producido por un conductor rectilíneo por el que circula una corriente de intensidad I
Hilo Finito:
Hilo infinito: q1= -p/2 y q2 = p/2