La ley de Coulomb puede expresarse como:
La magnitud de cada
una de las fuerzas eléctricas con que interactúan dos cargas puntuales en
reposo es directamente proporcional al producto de la magnitud de ambas cargas
e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que las separa y tiene
la dirección de la línea que las une. La fuerza es de repulsión si las cargas
son de igual signo, y de atracción si son de signo contrario.
La constante de proporcionalidad depende de la constante
dieléctrica del medio en el que se encuentran las cargas.
La constante k es la Constante de Coulomb y
sus unidades en el SI son Nm²/C².
e es la permitividad del medio, e=ereo