Basándose en la extraña naturaleza dual de la luz en función
del fenómeno en el que participe, evidenciada por la radiación del cuerpo
negro, y del efecto fotoeléctrico, Louis de Broglie propusó en 1924 que la
materia también debería poseer propiedades tanto ondulatorias como
corpusculares.
La ecuación de De Broglie se puede aplicar a toda la
materia. Los cuerpos macroscópicos, también tendrían asociada una onda, pero,
dado que su masa es muy grande, la longitud de onda resulta tan pequeña que en
ellos se hace imposible apreciar sus características ondulatorias.