E=mc2 significa que puedes obtener energía a partir de la materia.
Hasta
antes de Einstein regia como dogma la
Ley de Conservación de las masa de Lavoissier, la cual dice:
"La materia no se crea ni se destruye, sólo se transforma". Lo cual
es cierto, pero rige para reacciones químicas. En las reacciones físicas,
específicamente la fisión nuclear, existe pérdida de materia, es decir, la suma
de la materia de los reactivos es mayor que la suma de la materia de los
productos. Ese diferencial, se transforma en energía, la cual sirve para
alumbrar una ciudad o para volar en pedazos una región completa. La ecuación de
Einstein E=mc2 te dice que esa materia que se "pierde", en realidad
se transforma en energía.
E=mc2 es una ecuación extremadamente simple y compleja,
puesto que última instancia plantea que todo lo que ves es energía
"solidificada", tú, yo, tu café de las mañanas, la comida que te comes, .... Lo maravillosamente simple de la ecuación, también plantea una inmensa
responsabilidad para el hombre, y es que a partir de dicha ecuación el hombre
es capaz de controlar la energía contenida en la materia, la cual es
espantosamente enorme llegando incluso a ser capaz de destruir regiones enteras
o a alumbrar ciudades enteras con muy poca materia inicial.
¿Se puede convertir energía en materia?
¿Se puede convertir energía en materia?
E=mc2, al ser una igualdad, al
menos teóricamente, la energía puede transformarse en materia, lo cual
rompería el primer principio de la termodinámica que dice: " La energía no
se crea ni se destruye, sólo se transforma en otras formas de energía" ej.:
energía solar a química en la fotosíntesis; energía química en cinética en la
combustión de motores; etc.
La fórmula
además indica que desintegrando cantidades muy pequeñas de materia podemos
conseguir grandes cantidades de energía. Esto abrió el camino a la era nuclear.
En las reacciones nucleares, parte de la materia se convierte en energía, por
ejemplo, en forma de fotones de rayos gamma (los fotones, por definición, no
tienen masa).
La Humanidad
ha conseguido dominar las reacciones nucleares de fisión y fusión con fines
destructivos (bomba atómica y bomba H, respectivamente), pero para aplicaciones
pacíficas (energía nuclear) sólo la de fisión es viable en la actualidad.
Hagámonos la
pregunta, ¿es posible recorrer el camino inverso y convertir energía en
materia?
La respuesta,
evidentemente, es que sí. ¿Por qué no? Sólo hay un ‘pequeño’ detalle. Una
ínfima cantidad de masa produce una cantidad ingente de energía. Un gramo de
materia desintegrada produciría (basta aplicar la fórmula) aproximadamente 90
Terajulios. Esto son unos 25 millones de kilowatios-hora. Con esta energía,
podríamos hacer lucir una bombilla de 100 watios durante 285 siglos.
Pero al
convertir energía en materia todo funciona al revés. Necesitamos una cantidad
de energía espectacular para producir una cantidad de materia pequeñísima. Por
ejemplo, un fotón gamma muy energético puede dar lugar a un electrón y un
positrón (siendo la masa de ambos ridícula).
Podemos, por
tanto, producir partículas subatómicas a partir de energía, pero sólo tiene
interés a nivel científico, experimental. De hecho, sólo podemos obtener
partículas sueltas. Sería imposible obtener un ‘pedazo’ de materia de un gramo,
ya que deberíamos concentrar toda esa descomunal energía (90 Terajulios) en un
sólo punto.
Se supone que
toda la materia del Universo se originó a partir de energía, pero evidentemente
en unas condiciones imposibles de reproducir sobre la faz de la Tierra. En
general, aunque la energía no se crea ni se destruye sino que se transforma
(considerando la materia como una forma de energía) no todas las transformaciones
son igual de viables.
Por ejemplo,
podemos convertir totalmente la energía mecánica en calor (al frenar un coche,
por ejemplo), pero no podemos transformar totalmente el calor en energía
mecánica (esto violaría las leyes de la Termodinámica). En el caso que nos
ocupa, aunque los humanos hayamos controlado el proceso de transformación de la
materia en energía (¡todo un logro!), el paso inverso es físicamente imposible
para nosotros.