Desde Newton, la imagen física del Universo se basaba en que todas las conexiones causales son continuas en la naturaleza. “Natura non facit saltus”. La naturaleza no da saltos.
Comenzaba el siglo XX y la Termodinámica y el Electromagnetismo explicaban razonablemente bien casi todos lo fenómenos físicos. Sin embargo, ninguna teoría del momento se ajustaba a los resultados experimentales de la energía emitida por un cuerpo negro (catástrofe ultravioleta). Siempre hay algo que no cuadra.
Desde Planck cambió la visión del Universo. Pasó de ser continuo a ser discontinuo o discreto (numérico). Pasó de analógico a digital. Pasó de ser un universo predecible a un universo mágico.
Y ¿ por qué no notamos que la energía está cuantizada? Porque los saltos son tan pequeños que no los percibimos. Por ejemplo, si un oscilador realiza una oscilación por segundo (f = 1), cada escalón de energía vale
0.0000000000000000000000000000000006 Julios
Es la misma razón por la cual vemos como continuo el movimiento en una película de cine aunque realmente son fotografías pasadas secuencialmente. Entre fotograma y fotograma hay un salto (en este caso de tiempo). Dependiendo del tamaño del salto veremos la película como un continuo o como una sucesión de cuadros.
En el año 1900, Planck planteó que la luz, además de
presentar un comportamiento ondulatorio, presentaba también un comportamiento
corpuscular. Esta hipótesis fue mal acogida por la comunidad científica por
romper todos los preceptos de la Física Clásica, hasta que, en 1905, Einstein
la aplicó para poder explicar un fenómeno descrito en 1887 pero que carecía aún
de explicación: el efecto fotoeléctrico.
La hipótesis de Planck establece que
la luz está formada por corpúsculos de energía llamados fotones, cuya energía
es directamente proporcional a la frecuencia de la radiación, según una
constante de proporcionalidad, h, que es la llamada constante de Planck y es
una constante fundamental de la naturaleza. Su valor es 6,626·10-34 J·s.