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La Tierra actúa como un imán

El hecho de que una brújula se orienta siempre con su polo Norte magnético apuntando hacia el Norte geográfico de la Tierra fue observado por primera vez por el médico y científico inglés Gilbert en el año 1600 por lo que se concluye que la Tierra funciona como un gigantesco imán permanente. La razón por la que la Tierra (y otros planetas) producen un campo magnético debido a que, a medida que la Tierra gira, también lo hace el hierro fundido que forma su núcleo (material ferromagnético).

Los polos geográficos y los polos magnéticos de la Tierra no coinciden, es decir, que el eje N-S geográfico no es el mismo que el eje N-S magnético. Como los polos opuestos se atraen, significa que el Polo Norte geográfico de la Tierra es en realidad el Polo Sur magnético y viceversa (en realidad no coinciden exactamente, están separados unos 1800 km). Las líneas de campo magnético terrestre salen entonces del Polo Sur geográfico y entran por el Polo Norte, y la intensidad del campo es en promedio de 0.5 G (0.3 G en el ecuador y 0.7 G en los polos).

Si tomamos una aguja imantada y la dejamos girar libremente, se orientará siempre en una misma dirección norte-sur. De ahí que al polo de un imán que se orienta hacia el norte geográfico le denominemos polo norte, y al otro polo del imán, polo sur.


Cinturones de Van Allen:
La existencia del campo magnético terrestre nos protege de las radiaciones del espacio, ya que las partículas cargadas (protones, electrones...) quedan atrapadas en las líneas campo magnético (cinturones de Van Allen).
Además, este hecho provoca las auroras boreales y australes, ya que debido a colisiones de estas partículas con los iones de gases que hay en la atmósfera, se producen emisiones de energía en el espectro visible generando imágenes de colores.